Si quieres sorprender a tu entorno con esta atractiva tarta, ¡no te desanimes!, verás como es muy fácil de hacer y no necesitarás ni demasiados ingredientes ni utensilios. ¿Quiénes serán los afortunados que prueben esta delicia?
Tiempo total: 70 min
Raciones: 1 tarta
Dificultad: Baja
Ingredientes:
- 280 gr harina de trigo + 1 cucharada extra
- 280 gr azúcar moreno
- 140 ml aceite oliva suave
- 1 cucharadita extracto de vainilla
- 3 huevos L
- 2 cucharadas canela en polvo
- 180 gr yogur natural
- 2 cucharaditas levadura para hornear
- 2 manzanas
- Pizca de sal
- 150 gr dulce de leche
Elaboración:
Paso 1:
Pelamos las dos manzanas, que recomiendo que sean de una variedad dulce tipo Golden o Pink lady, y las cortamos a cuadraditos pequeños, eliminando la parte interior con las semillas.
Paso 2:
En un bol mediano con tapa o en un tupper, colocamos las manzanas troceadas y añadimos la cucharada extra de harina que teníamos reservada. Cerramos el recipiente escogido y lo agitamos muy bien durante 1 min para que la harina se integre bien con la manzana. Esto nos ayudará a que durante el horneado la manaza no se vaya al fondo del bizcocho y no se pegue al molde. Aseguraros que no quedan restos de harina, tapadlo y reservadlo para más adelante.
Paso 3:
En un bol grande batimos ligeramente los huevos y añadimos el azúcar moreno. Para esta receta no es necesaria una batidora, pues no hay que mezclar mantequilla o montar nada, así que podéis utilizar un batidor manual.
Paso 4:
Cuando esté bien integrado el azúcar, agregamos el aceite y, tras mezclarlo bien, incorporamos el yogur y el extracto de vainilla.
Paso 5:
Ponemos un tamiz sobre el bol y vertemos la harina, la canela, la levadura y la sal. Mezcla con cuidado para que no salga volando la harina y poco a poco ves aplicando más velocidad para integrarlo todo bien y que nos quede una textura cremosa.
Paso 6:
Cuando no queden rastros de harina, añadimos la manzana que teníamos reservada y lo removemos todo junto para que quede repartido por toda la masa.
Paso 7:
Pre-calentamos el horno a 170ºC, con calor por arriba y por abajo.
Paso 8:
Engrasamos el molde y vertemos la mezcla dentro. Como tiene un horneado largo, taparemos el molde con papel de aluminio y evitar que se nos queme la parte superior. ¡Pero ojo!, no podemos olvidarnos de hacer un agujero en el centro para que el aire pueda circular. Lo metemos al horno durante 50 min, a una altura media. Si queréis que quede ligeramente dorado por arriba, tras 40 min de horneado podéis retirar el papel de plata y dejarlo sin él el resto del tiempo.
Paso 9:
Cuando retiremos el molde del horno (siempre comprobando antes que está cocido, introduciendo un palillo y que salga limpio), lo dejamos sobre una rejilla a enfriar durante 10 min. Pasado este tiempo, ya lo podremos desmoldar volcando el molde sobre una rejilla. Lo dejamos allí hasta que enfríe del todo.
Paso 10:
Cuando esté completamente frío, podremos hacer la decoración final. En mi caso, elegí cobertura de dulce de leche con unas almendras en cubitos. Como el dulce de leche es un poco denso, lo disolví ligeramente al baño maría para poder verterlo de forma más líquida por encima del bizcocho. Este paso es opcional, pues con la ayuda de una cuchara lo podéis ir esparciendo por los bordes sin problema. Después, esparcí un poco de almendras por encima y ¡listo para comer!
*Nota: podéis recubrirlo de lo que más os guste: caramelo, chocolate, sirope,… ¡no hay límites!
