Tarta de queso esponjosa

Os traigo ooootra receta de cheesecake, y es que nadie puede cansarse nunca de una buena tarta de queso casera, ¿no creéis? 

Tenía ganas de preparar una tarta de queso aireada y muy suave, que no fuera nada densa y tuviera un extra de esponjosidad. Esta receta recuerda mucho a la famosísima tarta de queso japonesa, que es una de las versiones más suaves y ligeras de las tradicionales tartas de queso. Si queréis que os quede una tarta bien alta y tipo «nube», al estilo japonés, simplemente lo que tenéis que hacer es cocinar la tarta al baño maría. Ponéis el molde dentro de un recipiente amplio, que llenaréis de agua hirviendo hasta cubrir 1/3 parte del molde. El resto del proceso es exactamente igual.

La clave para evitar que se nos baje en exceso es abrir el horno en el cambio de temperatura (abajo os explico cuándo y cómo), para evitar un cambio brusco de temperatura. Además, al acabar de cocinarla, no la sacaremos inmediatamente del horno, sino que abriremos la puerta y la dejaremos dentro unos 15 min con el horno apagado. Así poco a poco se va a ir enfriando. Aquí os dejo la receta del New York Cheesecake, que recuerda un poco por su textura. Si no habéis probado esta tarta, corred ya al post porque os va a encantar!!

Los ingredientes de esta tarta son muy básicos y no es nada complicada. Simplemente hay que seguir bien los pasos y ser cuidadosos a la hora de integrar las claras montadas, ya que es lo que va a dar aire y esponjosidad al cheesecake.

Tiempo total: 90 min
Raciones: 1 tarta
Dificultad: Baja

Ingredientes:

• 160 gr Philadelphia
• 20 gr mantequilla a temperatura ambiente
• 50 ml leche
• 40 gr harina todo uso
• 1 cdita levadura química
• 4 huevos
• 1/2 cdita zumo limón
• 80 gr azúcar blanco

Elaboración:

Paso 1:
Empezaremos pomando la Philadelphia, con unas varillas o espátula, hasta que esté cremosa y suave. Entonces pondremos el bol sobre un cazo con agua hirviendo, pero que ya habremos sacado del fuego. Dentro verteremos la mantequilla a temperatura ambiente e iremos removiendo hasta que se disuelva y se integre con la Philadelphia. Repetiremos el proceso con la leche y cuando tengamos una crema lisa, retiraremos el bol del cazo.

Paso 2:
Tamizaremos la harina y la levadura y removeremos para integrar. Luego añadiremos el zumo de limón y homogeneizaremos. 

Paso 3:
Separaremos las yemas de las claras y añadiremos las yemas al bol anterior, removiendo con unas varillas hasta que queden integradas por completo. Reservaremos el bol y, a parte, montaremos las claras a punto de nieve. Cuando empiecen a coger volumen, agregaremos 1/3 parte del azúcar. Seguiremos batiendo e integraremos en otras 2 tandas el resto del azúcar, hasta que las claras formen picos firmes y estén brillantes.

Paso 4:
Agregaremos en 3 o 4 tandas las claras al resto de mezcla. Lo haremos con movimientos envolventes y bien suaves, para no peder el aire. Es importante ser pacientes con este paso y hacerlo cuidadosamente. 

Paso 5:
Verteremos la mezcla en un molde, en cuya base habremos puesto un papel de horno. Moveremos un poco el molde para alisar la superficie. En este punto, nos la podemos llevar así al horno, pre-calentado a 160ºC, durante 20 min. En este punto, abriremos la puerta del horno, contaremos hasta 5 y bajaremos la temperatura a 110ºC. Seguiremos horneando durante 60 min. Como os decía arriba, podéis hacer este mismo proceso al baño maría, para evitar que os baje mucho la tarta y conseguir un cheesecake alto y tipo «nube».

Cuando la tarta esté lista, apagaremos el horno, lo abriremos un poco y dejaremos el molde dentro 15 minutos. Sacaremos el molde y lo inclinaremos un poco, dándole unos golpecitos, para despegarlo de los bordes. Lo desmoldaremos suavemente. Dejaremos que enfríe por completo antes de consumir o cortarlo.

Es perfecto para comer así, pero si lo deseáis también podríais acompañarlo de mermelada, nata montada,…