¡Empieza la cuenta atrás para la Navidad! Nunca me ha quedado claro si los carquinyolis son un postre navideño o no, pero en mi casa era tradición comprarlos en estas fechas y acompañar el sobremesa de las comidas y cenas caseras.
Los carquinyolis o carquiñolis son una especie de galletas o biscotes típicos en Catalunya, que recuerdan a los biscotti amargos italianos, que están hechos a base de almendra y son crujientes, ¡algo que me encanta! También podéis versionarlos poniendo en su interior frutos secos o frutas confitadas, muy típicas también de esta época, y así que sea todavía más una excusa para el postre ?
Se conservan muy bien y si los guardáis en un recipiente hermético os pueden durar días, así que los podéis preparar con antelación y así no tener que dejar todo para el último momento. Que ya sabemos lo estresantes que pueden ser las comilonas navideñas…
Utilizaremos el truco de la doble cocción que aprendí de Directoalpaladar, con el que se consigue la cocción perfecta. ¿Quién se apunta?
Tiempo total: 75 min
Raciones: 15 carquinyolis (aproximadamente)
Dificultad: Fácil
Ingredientes:
- 150 gr harina de trigo
- 80 gr harina almendra (o almendras molidas)
- 80 gr almendras crudas (que previamente deberemos remojar)
- 80 gr azúcar blanco
- 10 gr levadura química
- 1 huevo (+ otro para barnizar)
- 1 pizca sal
- Canela al gusto
- Ralladura de 1/2 limón (opcional)
- 1 chorrito vino Moscatel o unas gotas de anís (opcional)
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos remojando las almendras. Debemos ponerlas en agua templada entre 20 y 30 min. Si, como os decía al principio, preferís hacerlo con otros frutos secos o frutas confitadas el proceso será distinto. Si usamos otro fruto seco o lo combinamos con la almendra, lo pondremos igualmente en remojo. Si utilizamos fruta confitada no será necesario, simplemente deberemos cortarla en pequeños taquitos para no encontrarnos trozos muy grandes.
Paso 2:
En un bol grande mezclaremos las harinas junto al azúcar, la levadura, la sal y la canela, de manera que se combinen bien. De forma opcional podemos agregar ralladura de medio limón o una pizca de nuez moscada o jengibre. Estas opciones les darán un toque especial delicioso. Después agregaremos el huevo y el chorrito de vino Moscatel o de anís y removeremos bien con una espátula o lengua pastelera hasta conseguir una masa que no se pegue en exceso. Debe ser una masa compacta pero húmeda. Escurriremos las almendras (o frutos secos elegidos) y lo repartiremos de forma uniforme por toda la masa.
Paso 3:
Forraremos una bandeja de horno con papel vegetal y extenderemos la masa a lo largo, como si formáramos una barra de pan, con un grosor uniforme en toda la superficie. Barnizaremos con el segundo huevo que teníamos reservado y lo hornearemos, con el horno pre-calentado a 180ºC, durante unos 15 min. Entonces, sacaremos la masa del horno, que habrá crecido un poco y se habrá hinchado, y la cortaremos a todo lo largo en rebanadas de máximo 1 cm. Tradicionalmente no son muy gordos, pero realmente podéis hacerlo como más os guste. Lo que sí os recomiendo es que todas las rebanadas tengan el mismo grosor para igualar los tiempos de cocción.
Paso 4:
Una vez hayamos cortado toda la masa, colocaremos las rebanadas boca arriba y llevaremos la bandeja de nuevo al horno hasta que queden secos y crujientes. Podemos girarlos si lo vemos conveniente y que se doren bien por ambas partes. Deberemos controlarlos de cerca para evitar que se quemen.
¡Y así de fácil es esta receta! Al sacarlos del horno los dejaremos unos 10 mi en la misma bandeja y después los trasladaremos a una rejilla para que enfríen del todo.
Recuerda que si los conservas correctamente pueden aguantarte entre 2 y 3 semanas. ¿Te ha picado el gusanillo, verdad?