Hace un tiempo os traía un pan de nueces en trenza, tipo Bimbo, pero tenía ganas de probar una receta más rústica. Veréis que en esta receta le daremos al pan forma de hogaza, pero podéis darle la forma que queráis. Es un pan saludable y delicioso y el hecho de que sea casero, ¡claramente le da un plus! Soy fan de los panes con frutos secos y con sabor, que además puedes congelar y tener desayuno para toda la semana.
¿Empezamos?
Tiempo total: 30 min + 2/3 horas reposo de la masa
Raciones: 1 hogaza mediana
Dificultad: Media
Ingredientes:
- 240 gr harina de fuerza
- 25 gr salvado
- 50 gr nueces peladas y troceadas
- 5 gr sal
- 5 gr azúcar moreno
- 10 gr levadura fresca
- 150 gr agua
- 5 ml aceite de oliva
Elaboración:
Paso 1:
Empezaremos troceando muy bien las nueces (también podemos dejarlas más grandes si nos gusta encontrarnos los tropezones) y mezclándolas con el salvado. En paralelo también aprovecharemos para disolver la levadura con el agua, removiendo enérgicamente para que se deshaga bien.
Paso 2:
En un bol grande pesaremos la harina y le haremos un hueco en el centro, donde iremos vertiendo el resto de ingredientes. Primero pondremos el azúcar y la mezcla de nueces y salvado. Encima verteremos los líquidos. Llevaremos harina de los laterales hacia el centro e iremos humedeciendo la mezcla. Removeremos con la ayuda de una cuchara o espátula unos minutos y después seguiremos con las manos durante unos 10 min. Amasaremos enérgicamente, presionando sobre la mesa de trabajo con las palmas de las manos y plegando sobre sí la masa. A medio amasado verteremos la sal y el aceite, el cual nos dará humedad y nos ayudará a estirar mejor la masa. Cuando consigamos una consistencia elástica la tendremos lista y la colocaremos en un bol grande en el que pueda fermentar, con un chorrito de aceite en la base. La taparemos con un trapo húmedo y dejaremos que duplique su tamaño. Pude oscilar entre 1 y 2 horas, dependiendo de la temperatura ambiente (que idealmente debe estar entere 23ºC y 25ºC).
Paso 3:
Pasado el tiempo de la primera fermentación, espolvorearemos sobre la mesa de trabajo un poco de harina y la volveremos a amasar, pero esta vez solo unos minutos para desgasificarla. Le daremos forma de hogaza (o la forma deseada), humedeceremos la superficie del pan con un poco de agua y lo colocaremos sobre un papel vegetal y sobre la bandeja en el que lo vayamos a hornear. Lo cubriremos con papel vegetal y un trapo por encima, para evitar que se seque. Cuando haya vuelto a duplicar su tamaño, le haremos unos cortes en la superficie y, si lo deseamos, le podemos espolvorear unas semillas, pipas o especies.
Paso 4:
Lo llevaremos al horno pre-calentado a 230ºC, del cual bajaremos la temperatura a 180ºC, manteniendo el papel vegetal en su superficie para evitar que se queme. Antes de cerrar la puerta, espolvorearemos un poco de agua dentro del horno, para mantenerlo húmedo. Lo cocinamos unos 10 o 15 min y después volvemos a abrir el horno para retirar el papel vegetal, mover el pan para que no se pegue en la base y volveremos a espolvorear agua. Cerraremos y lo cocinaremos unos 10 o 15 minutos más o hasta que veamos que está dorado y crujiente. Entonces lo retiraremos y lo llevaremos a una rejilla a enfriar.
Cuando haya enfriado por completo lo cortaremos en rebanadas y lo serviremos. También una vez frío, si lo deseamos, lo podemos congelar para poderlo disfrutar en otro momento ?
No es tan difícil como parece, ¿no? Animaros a preparar panes caseros, que podéis personalizar como más os gusten y que además serán una sesión gratis de gym, porque no veas el amasado como te deja los brazos… ?